Diario de un niño de fútbol base: «Una derrota que vale más que cualquier título»

"Querido diario, hoy vengo a relatarte mi experiencia el fin de semana pasado. Para empezar debes saber que, en el equipo de fútbol base que estoy, dispone de sólo ocho jugadores para una competición dónde juegan siete. Cada semana este problema se soluciona fácil, ya que, nadie ha faltado y han subido uno o dos de otra categoría. No había existido ningún problema."

"Pero llegó el día. Cuando llegamos a la caseta, el entrenador nos dijo que sólo íbamos a jugar con seis. Dos, uno de nuestro equipo y otro de los que iban a venir a reforzarnos, estaban malos. Los comentarios en la caseta era "hoy nos meten diez" "Ellos vinieron con diez, ¿para qué jugamos si vamos a perder?" El entrenador nos decía que saliéramos a hacerlo lo mejor posible y que disfrutásemos cómo lo hacíamos en semanas anteriores. Pero ninguno era consciente de lo que iba a pasar."

"El partido comenzó con seis para seis, el entrenador del otro equipo le dijo al nuestro que lo importante en estas categorías era el aprendizaje de buenos valores y que no le gustaba competir en desigualdad de condiciones. Aún así, al no tener cambios seguíamos pensando que no íbamos a poder ganar el partido."

"Nuestra sorpresa llegaría al acabar el encuentro. Ganamos y lo celebramos como nunca. Aunque pensándolo bien, el entrenador del otro equipo pudo haber conseguido una victoria fácil y prefirió que jugásemos en igual número. Pero sus jugadores no estaban enfadados, en cambio, él los estaba felicitando por el partido que se habían jugado. Al final nuestro entrenador y nosotros, nos pusimos a aplaudirles por la buena actitud que habían tenido."

Seguimos cometiendo el error, en el fútbol base, de querer ganar por encima de todo. Hay entrenadores que les da igual si en el rival sólo hay seis, siete o cinco. Es más, alguno desea que haya algo de fortuna para intentar conseguir un título o a saber qué.

Por el contrario, hay otros entrenadores que si se fijan en si el equipo contrario tiene menos jugadores que los reglamentarios. Si es así, aprovechan para enseñar a sus niños a competir en igualdad de condiciones. Lo importante en estas categorías es que reciban un aprendizaje basado en buenos valores y no en base de escachar al de al lado.