Jugadores de varias generaciones del Club Deportivo Puerto Cruz revivieron su paso por El Peñón, convocados por Orlando García Villavicencio, futbolista que militó en los años ochenta, en una nueva edición de su reencuentro a la que se incorporaron por primera vez presidentes y entrenadores. Va creciendo la convocatoria: el esfuerzo de Orlando (rebuscar, convocar, reservar, avisar…) ha ido cristalizando de manera encomiable y a falta de buenos resultados deportivos, permite recuperar episodios pretéritos contados e intercambiados por quienes vistieron el uniforme blanco, primero sobre tierra y luego sobre césped, natural y artificial, en una cancha que, por cierto, va mermando en sus dimensiones según pudimos comprobar mientras hacían las fotos preliminares de quienes acudieron a la convocatoria del pasado sábado.
Pero de gloria vive Puerto Cruz y entre canas, calvas y barrigas más o menos pronunciadas, se conmemora el paso por el club de manera distendida con acopio de anécdotas y vivencias. Si Jorge Valdano hubiera estado presente, hubiera dicho que hay licencia para la nostalgia, plasmada en innumerables remembranzas, de goles, paradas, despejes, pases, lesiones, triunfos y derrotas, la vida balompédica en lances, resultados, alegrías y sinsabores que se fueron concatenando en aquella vieja cazuela dominada por un risco donde llegaron los aficionados y veteranos del Real Madrid, por solo citar un ejemplo de los ilustres visitantes.
Jugadores de varias generaciones que iniciaron su destacada trayectoria a la sombra del risco, cantada por cronistas de postín que también se ocuparon de ensalzar los valores de la veteranía y la madurez, se dieron cita en el bodegón La Era de Punta Brava, estupendamente servidos. Cuando se juntaban juventud y experiencia -y hubo unas cuantas temporadas en que ello se produjo- los rivales temblaban y algunos pronosticaban derrota segura, tal era el poderío de los portuenses.
El orotavense Antonio Hernández Sánchez, que entrenó al equipo, uno de los preparadores asistentes, junto a Luis Guiance González, Javier López Garisoain, Chicho Sierra y Pepín Rodríguez, no ocultaba su entusiasmo: «Esto que hacen ustedes aquí es lo más grande que queda del auténtico fútbol regional», decía con visible emoción. José Antonio Marrero Córdoba, que presidió el club, junto a Carlos Carrillo, el Patrón, los únicos dirigentes presentes, gozaba con la visualización de la colección de fotos que conserva con mucho celo Juan Antonio Acevedo, de quien don Jesús ‘el Maestro’ o ‘el Villero’, como le identificarían muchos, siempre decía que solo le faltó jugar en Primera división.
Pedro Ángel Gómez Barreto desafió su estado de salud e introdujo el significado del acto, algo más, desde luego, que una reunión para conmemorar: no había nada que conmemorar, sólo rememorar el espíritu de El Peñón, aquel que aparecía cada domingo para levantar la ilusión de quienes poblaban sus graderíos, aquel que desgranaba el entusiasmo de gente de todas las edades, como ilustró Juan Carlos Castañeda, ya en los últimos eslabones de una trayectoria que comenzó justamente allí, junto a la marea las últimas plataneras del sector; y como simbolizó Gerardo González Movilla, a quien tanto deben los profesionales del fútbol español, antes prolífico e ilustre goleador vestido del blanco portuense.
Fue, como las anteriores, solo que enriquecida, una singular jornada de convivencia futbolística en la que dieron rienda suelta a la nostalgia. Tranquilos, había licencia.
Puerto de la Cruz – Salvador García Llanos. Fotos Marcos Díaz.
————————————————————————————————————
Comentario de Carmelo Rodríguez (Mon)
Lo acontecido en la mañana y tarde de este pasado sábado en el Estadio El Peñón catedral del fútbol portuense, donde nos hemos visto en este segundo reencuentro más de cien integrantes entre ex-jugadores, entrenadores, presidentes y directivos de distintas temporadas del CD Puerto Cruz, fue un acontecimiento para todos los asistentes, hemos recordados muchas anécdotas y muchos recuerdos de nuestro paso por este histórico club, todo gracias al que fuera jugador del club portuense Orlando García.
Muchos de nosotros no nos veíamos desde hace muchos años y eso fue una gran alegría para todos, yo concretamente no veía a Manolo Domínguez desde la temporada 71/72 donde jugamos juntos, luego se fue al C.D.Tenerife y al R.C.D.Español de Barcelona, 52 años sin vernos en persona, grandísimo portero y gran persona.
Somos amigos desde pequeño, nacimos en La Vera, fuimos vecinos y luego coincidimos en el infantil Puerto Cruz y en el Regional.
Ahora a esperar al tercer encuentro de este próximo año, le doy las gracias a Orlando García por su gran trabajo para encontrar y ponerse en contacto con tanta gente y organizar todo a la perfección, gracias amigo Orlando, como ya te he dicho en alguna ocasión, eres un crack y una maravillosa persona.