En el episodio que esta semana nos tare José Ancor Izquierdo hablamos de la recurrente frase: si eres formador no eres entrenador y viceversa. ¿Por qué separamos a los entrenadores en dos categorías, si la titulación exigida es la de entrenador?
Quizás deberíamos permitir a los «formadores» ser entrenadores para poder corregir, mejorar individual y colectivamente y para, a su misma vez, consolidar ciertos valores como puede ser el compañerismo, el esfuerzo, y las ganas de progresar y mejorar. Sin olvidar su papel de formadores donde los títulos no son lo primero sino lo mencionado anteriormente.
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