Este pasado fin de semana todo el fútbol canario de todas las categorías se unió por una misma causa, protestar por las continúas manifestaciones y actitudes violentas contra el colectivo arbitral.
La fórmula escogida fue detener el partido en el 5’, estar un minuto de pie y en silencio para luego continuar con el normal desarrollo del encuentro. Medida que contó con el total apoyo de todos y cada uno de los participantes en los encuentros, árbitros, jugadores, espectadores…
El objetivo no es otro que concienciar en la eliminación de cualquier acto de tipo violento en el fútbol y más en concreto contra en el estamento arbitral, muy castigado últimamente por ese tipo de acciones.
El más conocida de todos estos hechos fue la que sufrió una joven colegiada, menor de edad, en la isla de Fuerteventura por parte de un espectador. Unánimemente condenado por todos y en el que en la misma sufrió amenazas verbales muy graves, por la que los organismos competentes ya se han puesto en marcha para depurar cualquier tipo de responsabilidades por quienes hayan incurrido en ellos.
Una semana después esta joven demostró que «nada ni nadie va a terminar con su ilusión por estar sobre un terreno de juego» y dirigió un partido de alevines, en el que recibió la adhesión de todos los directamente implicados en el y de mucha gente externa al mismo que se adhirió a la causa.
A partir de ahora queda recapacitar y desear que todo tipo de violencia en cualquier ámbito social y en este caso concreto, el fútbol, no se vuelva a repetir y que este deporte solo sea eso, un deporte. Algo que no debe ser tan complicado de lograr pero que en muchas ocasiones se olvida y da paso a hechos y actuaciones tan lamentables como la comentada anteriormente.
Pedro Pérez Camacho,
ElDeportivo.es
