La expansión del coronavirus, el denominado COVID-19, por todo el mundo ha desatado las alarmas en la sociedad, algo a lo que no es ajeno el deporte y más concretamente el mundo del fútbol que ya ha visto como las medidas para frenar el crecimiento de la enfermedad se han tomado, debido al rápido avance que ha tenido en el planeta, abarcando en la actualidad muchos rincones del mismo, desde su inicio a finales del pasado año en China.
El parón total y absoluto es la medida más lógica y extendida a todo el estado, desaconsejando el disputar encuentros a puerta cerrada como se pretendía de inicio en las máximas divisiones, ya que el riesgo estaba latente a causa de los contactos entre todas las personas que son necesarias para sacar adelante un evento, junto a los desplazamientos que obligatoriamente tendrían que realizar y que como muestra de ese riesgo se tiene en el comienzo del goteo de casos entre deportistas y personas relacionadas con el deporte al más alto nivel, los más llamativos de cara al ciudadano, secundados por otros muchos no tan conocidos.
De esta forma se intenta impedir que el virus se pueda expandir con la supresión de toda actividad deportiva, tanto de competición como de entrenamientos en todas y cada una de las categorías, por un espacio mínimo hasta el 25 de marzo, momento en el que se volverá a evaluar la situación y tomar decisiones al respecto.
Por delante muchas dudas, poco importantes si lo comparamos con el valor de una vida humana. ¿Qué ocurrirá? Eso nadie lo sabe, ni se sabrá hasta que el transcurso de las horas y los días vayan caminando, tomando a partir de ahí esas decisiones que tendrán poco margen para hacerlas efectivas al estar las fechas de finalización de competiciones a muy corto plazo, teniendo que ubicar las que no se han podido jugar en ese escaso margen temporal.
Ya han saltado voces a la palestra que abogan por declarar nula la competición y que la próxima temporada se mantengan los equipos en las categorías en las que están ahora. Otras dicen, que una vez solucionado el grave problema de salud planteado se resuelvan a eliminatorias… y así numerosas ideas que de momento se quedan ahí, en ideas sin oficialidad ninguna.
De momento lo que sí está seguro es que quedan días por delante para ver el desenlace de toda esta situación y si las medidas adoptadas han sido las correctas, que ojalá sean así y que todo vuelva a su cauce lo más rápido posible, primero por la salud de las personas y luego por el normal desarrollo de la vida social.
En cuanto al fútbol, cuando todo esté solucionado, a buen seguro volverá a ocupar muchos espacios dentro de la vida diaria de un país, que ahora está pendiente de cosas mucho más importantes.
Pedro Pérez Camacho,
ElDeportivo.es