Javier González Pérez, médico y gran deportista en todos los terrenos

Hoy nos hemos puesto en contacto con Antonio Javier González Pérez, jefe de los servicios médicos del Patronato de Deportes del municipio del Puerto de la Cruz.

  • Javi, el médico, como se le conoce popularmente, tiene un gran Currículum y es un gran deportista, fue futbolista en su juventud, pero donde más ha destacado es en las pruebas de atletismo, donde ha participado en varias pruebas de media matón y maratones, no podemos olvidar sus participaciones en varios Ironman, Maratón Des Sables por el desierto del Sahara en Marruecos, estas dos últimas pruebas muy duras, también has participado en muchas pruebas de Triatlón.

Otra de sus cualidades es el ciclismo, ha realizado por su cuenta la Transpirenaica que une el Mediterráneo con el Atlántico y también ha pedaleado por el río Danubio, desde sus fuentes a Budapest. Ambos recorridos con un total de 1000kms. Gusta de otras disciplinas como caminar, así ha realizado el Camino de Santiago, y la Mirada Circular, en León, y ha caminado por la cordillera del Himalaya, en los Annapurnas a 5400m. También le encanta leer y escribir, así a este doctor no se le da mal lo de ser escritor, donde ya ha escrito varios libros.

Conozco a Javi desde hace muchos años.

  • Él me hacía mis entrenamientos para mis carreras de maratón, hemos participado en algunas pruebas juntos y siempre acompañados por el grupo que habíamos llevado sus entrenamientos, también hemos pasado buenos momentos entre todos nosotros, no siempre era entrenar y competir, siempre había un hueco para pasar un buen rato entre todos nosotros en algún guachinche.

Aunque  tengo que decir, que el primero que me hizo mi primer entrenamiento de maratón fue el gran atleta Pedro García Estévez, es que si no lo digo se me enfada el amigo Pedro García.

Javi tiene un gran Currículum, no vamos a poner todo, ya que entonces se llenaría la página, pero esto son algunas cosas donde se ha especializado.

Tienes 59 años, eres licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de La Laguna.

Especialista Universitario en Ciencias Morfofuncionales del Deporte. Universidad de Córdoba.

  • Máster en Alto Rendimiento Deportivo Comité Olímpico Español.
  • Cursos Monográficos sobre Alimentación. Universidad de Navarra.
  • Experto Universitario en Nutrición Comunitaria. Escuela de Servicios Sanitarios y Sociales de Canarias.
  • Profesor Universitario en Psicogeriatría y Gerontología Social. ULL.
  • Profesor en Cursos de Extensión Universitaria ULL La Laguna.
  • Ponente en Congresos Nacionales e Internacionales.
  • Médico Asistencial en Campeonatos Internacionales de Natación, Esgrima, Halterofilia, y de equipos locales en sus fases de promoción.

Buenas tardes Javi, estoy empezando todas las entrevistas con la misma pregunta que a todos los demás, por todo lo que está pasando en estos momentos en el país y en todo el planeta.

¿Que piensas de este gran problema que tenemos en el mundo con el Coronavirus?

Para quienes hemos tenido el privilegio de vivir una época de bonanza, con más o menos riquezas en cuanto a bienes, pero alejados de conflictos bélicos, grandes hambrunas y calamidades que mermasen nuestra salud, el que un enemigo microscópico que aparece a tantos kilómetros de distancia pudiera afectarnos nos pareció impensable. Luego vino la crítica fácil sobre lo mal que lo estamos haciendo.

No está de más recordar que somos 46 millones de potenciales entrenadores de la selección española y desde este mes de marzo 46 millones de epidemiólogos. En estos días comenzamos a valorar cómo países con más recursos económicos y alguna semana de más para atrincherarse se están viendo seriamente afectados.

«Es una pandemia y el prefijo «pan» implica sentido de la totalidad. Ahora mismo no queda país en el mundo sin Covid-19 positivo».

La historia de la medicina habla de situaciones semejantes vividas por la humanidad solo que antiguamente las infecciones viajaban a pie, a caballo, en carreta, a vela. Hoy lo hacen en horas de un extremo del mundo a otro. Su expansión ha sido muy rápida para las capacidades sanitarias de los países y la salud ha entrado en conflicto con los intereses económicos.

Concretamente aquí en España ya es una gran tragedia, donde ya pasamos de los 16.000 fallecidos.

Sí. En Canarias debido a los esfuerzos realizados y a que hasta en esta pandemia seguimos siendo afortunados tenemos una de las tasas más bajas del país en cuanto a muertes por 100.000 habitantes. Eso dicho así queda muy bien pero qué duda cabe: la estadística es del 100% para el fallecido y para quienes le rodean la despedida está siendo tremendamente desoladora.

¿Cómo lleva lo de estar confinado en su casa?

Bien. Obedezco las indicaciones de las autoridades sanitarias.

«Me he puesto a su disposición por si requieren de mis servicios, los cuales he de reconocer están muy alejados de los niveles técnicos de especialización que esta situación requiere».

Para una persona, aunque muy activa físicamente, que ronda los 60 años y que lleva algo más de año adaptándose a la soledad es relativamente fácil. Cuando me entra la modorra, lógica pues los días pasan tan lentos, pienso en familias con niños y espacios reducidos, en familias con enfermos a su cargo, ya sean físicos o psíquicos, en mujeres confinadas junto a sus maltratadores, me doy de esa forma un cogotazo a mí mismo y cambio la actitud inmediatamente.

¿Me podrías decir un poco tus comienzos en el mundo del deporte?

Ocurrieron en la Cruz Verde, calle Canino. Allí, como cualquier chico de la época echábamos nuestros partidos en campos improvisados con porterías de piedra. Tino y Pío ya estaban federados.

Me propusieron fichar por el Peñón. Una de los primeros partidos lo ganamos 14-0. El otro equipo estaba muy verde, recién comenzaba su andadura. Marqué la mitad de los goles. Cuando llegué contento a casa, se lo dije a mi padre, que también había sido futbolista, extremo izquierdo, y me dijo:

«Cuando me llegues a la suela de mis botas como jugador serás bueno». (Risas).

Ya ves, pedagogías de la época. (Risas).

Después de ser futbolista empezaste a practicar el atletismo. ¿Me podrías decir a que se debió el cambio?

Sí, del Infantil Peñón de Plasencia, al Juvenil San Felipe de Israel y de allí a El Realejos de Isidro. En esa última etapa acudir a los entrenamientos y estudiar medicina se hizo incompatible. Luego continué realizando actividad física por mi cuenta y jugaba en aficionados. Cada sábado era motivo de reunión con antiguos compañeros, unas cervezas tras el partido, la camaradería, etc. todo muy bien, pero los domingos y lunes yo estaba destrozado, lleno de agujetas.

«El fútbol implica el uso de la musculatura en un rango de direcciones, aceleraciones y frenadas muy distintas de la carrera».

A ello se sumó el que en un partido, un lateral del equipo contrario me levantara por los aires con su entrada. Ese instante en el que me vi volando me hizo tomar la decisión.

El compañero se disculpó con esa frase que todavía no ha desaparecido de los campos:

“El fútbol es pa hombres, no te mosquees”.

Y la verdad, no me mosqueé. Pero decidí lesionarme por mi cuenta a que me lesionaran.

¿Cuánto tiempo llevas trabajando en el Patronato de Deportes del Puerto de la Cruz?

Si no recuerdo mal desde mediados de los 80. La consulta estaba en la Piscina Municipal. En un cuarto celda en el que apenas cabía la mesa, la camilla y la pesa tallímetro. Luego gané unos pocos metros cuadrados más en una habitación anexa con sauna incluida debido a las planchas de uralita. Con la inauguración del Pabellón Miguel Ángel Díaz Molina las dependencias pasaron a esta instalación.

Me imagino que tendrás mucho trabajo, sobre todo cuando empiezan las competiciones, sobre todo en lo que se refiere al fútbol.

Hay un ritmo de trabajo que lo marca la competición. Verano suele tener un carácter más preventivo, con las revisiones. Hace años sobre todo las de fútbol pues era la única disciplina que las tenía por norma. Hoy la cosa ha cambiado y sea imprescindible o no para cumplimentar la ficha acuden de todos los deportes. Luego, una vez comienzan las competiciones la tarea se vuelve más asistencial debido a las lesiones. En ese trasiego ha habido tiempo para las charlas de divulgación y para algo que me ha producido mucha satisfacción como es el aspecto investigador, lo que me ha permitido desde una consulta municipal junto con compañeros médicos del Hospital Universitario de La Laguna y de Asturias publicar en revistas de investigación internacional. Actualmente estamos revisando una investigación realizada con cardiólogos del grupo Hospiten en deportistas jóvenes y la adaptación de sus corazones al deporte.

«También el hacer cosas de ámbito local me ha recompensado mucho».

Recuerdo, junto con Patricio de Ara como entrenador del juvenil Puerto Cruz, pedir permiso a la federación para que nuestros jugadores llevasen relojes pulsómetros en los encuentros oficiales. Así pudimos saber el comportamiento cardiológico y adecuar las cargas de entrenamiento.

¡Qué tiempos aquellos!

  • Hoy eso se resuelve con esos chalecos GPS que llevan los deportistas y por suerte para el manejo de la infinidad de datos que aportan contamos con la sabiduría de entrenadores cercanos y tan preparados como Calas, Carlos Antonio Calzadilla y José Miguel González.

¿Qué opinas del atleta olímpico Iván Ramallo? que por cierto tiene usted en su despacho una foto donde estamos los tres, bonito recuerdo.

De Iván tengo una foto con cara de aplicado él, escuchando una charla que impartí en La Santa Sport, en Lanzarote. Fue con motivo de una concentración de atletismo canario capitaneada por Andrés Torres como Presidente.

Iván tendría no más de 17 años.
Desde ese entonces y a la vera de su entrenador, Crisanto, he tenido la suerte y el inmenso placer de colaborar con Iván, no solo como atleta, no solo como olímpico, sino lo que es más importante para mí, como persona. Su decisión de dar el salto a Barcelona, nuestros encuentros cada vez que regresaba a la isla, la sensación equivocada que yo tenía de que allá, en un centro de alto rendimiento te tenían como un palmito y que estaban pendiente de ti todo el día, la búsqueda de soluciones desde aquí para paliar los inconvenientes que se iba encontrando Iván con cada peldaño que supuso bajar unas décimas su marca, todo ello, ha sido una de las experiencias más enriquecedoras que me ha aportado el ejercicio de mi profesión y que he de agradecer a Iván.

También han pasado por su consulta muchos atletas de la élite, caso de Basilio Labrador, Teresa Linares, Pili Ramos y otros. ¿Qué me dices de estas grandes figuras del atletismo?

Espíritu de sacrificio. Espíritu de superación. De la mano de Basilio conocí el Cart de San Cugat, en Barcelona. Una lesión nada clara requirió de valoración en ese centro. Y allá nos fuimos, sobre todo para luego aplicar aquí las terapias de recuperación. Posteriormente, debido a un desajuste en su pila cardiológica la solución al mismo me facilitó el entrar en contacto Araceli Boraita, cardióloga que comenzó en España a normalizar en la comunidad médica el conocimiento sobre el corazón de atleta.

De la mano de Basilio vinieron los tibiales de Tere y la espalda de Pili. Siento referirme a las personas por su lesiones, pero es que todo en consulta lo veo desde el punto de vista médico. Con Tere y Pili, con Basilio como entrenador, le dimos importancia por primera vez a protocolizar la recuperación de las cargas. Los resultados están ahí. Tere, no debió ser preferencia del seleccionador nacional en su momento porque marcas para acudir con la selección a eventos de mayor calado tuvo. Y Pili a punto estuvo también de meter la cabeza en la selección española de maratonianas.

También habrán pasado otros destacados deportistas de otras especialidades por la consulta.

Sí, sin duda. Para no dejar el atletismo, por ejemplo a Julián Martínez y a Naná Jacobs de la mano de Ramón Herrera como entrenador. A algún jugador de baloncesto de elite nacional que aprovecha el periodo de recuperación tras lesión para continuarlo en la isla. A deportistas de disciplinas tan dispares como tenis, esgrima, jiu jitso, boxeo, vóley, ciclismo, vamos, de todo un poco. Hasta cazadores de escopeta y de rifle han pasado.

Como anécdota te puedo decir de un jugador al que le aconsejé, muy a mi pesar pues jugaba en un equipo de la ciudad, el que buscara otros horizontes. Tenía calidad internacional, y su profesión era waterpolista.

«En su segunda temporada ya le vi el andar de la perrita».

Se estaba haciendo un canario de pies a cabeza. Su familia no se podía permitir que él bajara la guardia. Temporadas más tarde, desde su selección me lo agradeció. Aún conservo una panera de madera en la consulta que me regaló, propia de su país, Rumanía.

¿Me podrías decir cuántas maratones, Ironman y demás pruebas has participado por diversos lugares de España y del extranjero?

Las ciudades que he disfrutado ver a la carrera durante la prueba y mucho más despacio antes y tras acabarlas han sido: San Sebastián, por partida doble, y Rotterdam, en Holanda, en una ocasión. Esta última experiencia nos permitió al día siguiente de acabar la prueba el alquilar una bicicleta y con ella hacer unos 500kms de pueblo a pueblo.

Los Ironman han sido dos en Lanzarote, el primero y el último; otro en Roth, Alemania, y dos en Almere, localidad de Holanda, lo que aprovechamos, ya que esta vez teníamos nuestras propias monturas, para realizar unos 1000kms por el paraíso de la bici.

Recuerdas así, a bote pronto, alguna anécdota de estas experiencias.

Mira, una que siempre me viene a la mente fue la ocurrida durante el primer Ironman. Vicente Molina (Tente) y quien te contesta fuimos de los primeros que como se suele decir “abrimos el palomar” cuando el triatlón era solo conocido en el norte de la isla a nivel Ironman por Tito Pérez que al vivir en Indianápolis lo conocía a la perfección y a nivel autonómico por un joven triatleta local: Domingo Pérez (Mingui).

«Curiosamente ambos, Tente y yo, veníamos del fútbol, y ambos centro delanteros. Allá nos fuimos, en el 99 a Lanzarote y tras nadar los 3,8kms y acabar los 180kms de bici entregamos la misma en boxes y salimos a por la maratón de 42kms».

Total, que nosotros empezando la prueba y sentimos que todo el público se pone en píe y nos ovacionaba y nos miramos perplejos pero felices con un público que valorara de esa forma, tan entusiasta, nuestro esfuerzo. Para no agotar tu paciencia, Mon, resulta que en ese mismo instante llegaba el ganador de la prueba.

Nos sacó casi cuatro horas y media de ventaja. Y más gracioso aún fue llegar al Puerto y que nos dijeran que con todo lo que habíamos entrenado cómo era posible que no hubiésemos ganado nada. Que éramos unos matados. Aún no existía cultura deportiva sobre este tipo de pruebas.

La Maratón Des Sables en el desierto del Sahara en Marruecos, tiene que ser una de las pruebas más duras del mundo, quieres contar a los lectores tu experiencia y alguna anécdota que te haya pasado corriendo por esas dunas del desierto del Sahara y de cuantos kilómetros es esta prueba.

Te cuento. Esta competición se “vende” como la más dura pero una vez la realizas te das cuenta del privilegio de acudir a una prueba en la que vives como un profesional todo el día. Solo tienes que correr, comer y descansar. Eso sí, lo has de hacer durante 7 días para cubrir una distancia total de unos 250kms, dormir en jaima y cargar tu propia  comida, saco de dormir y ropa durante ese tiempo. La organización te aporta las botellas de agua, contadas, que has de gestionar para beber, hacerte la comida y asearte mínimamente. En cinco ocasiones tuve la responsabilidad de ajustar peso y calorías a quienes confiaron en mi criterio.

«En dos participé».

Un orgullo formar parte de un quipo de atletas y personas tan excepcionales. Quintos del mundo por equipos en una ocasión, dos de los nuestros entre los 20 primeros de la general y segundos españoles; los entrenamientos, la convivencia en la jaima, no sé, se acumulan muchos recuerdos. Oscar, Antonio Luis, Pepe Bravo, Toño Calzadilla, Jose Hdez Doniz, Basilio Bravo. Inolvidable. En una de las ediciones corrimos a favor de la Asociación Corazón y Vida. Resultado de ello le donamos 3500€.

Como anécdota te puedo contar:

En mi primera visita llegué a perder los nervios durante la segunda y tercera etapa cuando se nos metió un siroco que no permitía ver nada y el peligro de perderse era altísimo como así ocurrió a más de un corredor. Maldije a mis compañeros por convencerme de mi participación. En la cuarta etapa, la de unos 80kms, atravesamos un inmenso campo de dunas, más de cuatro horas entre sus perfiles, colores y sonidos. Llegué de madrugada a la jaima, les desperté pues ellos hacía horas que habían llegado, les di las gracias y les prometí que volveríamos. Vete pal carajo, Javi, a ti no hay quien te entienda, me contestaron. Y volvimos.

En algunas charlas de usted sobre los sistemas de entrenar y competir, siempre hace mucho hincapié en lo primordial que es hidratarse bien cuando se entrena y cuando se va a una prueba, sobre todo la maratón y la media maratón.

Eso es sencillo de entender con este ejemplo:

Imaginemos un deportista cualquiera que pese 50kgr. Desde que en competición baje un 1%, esto supone medio kilo en líquidos por deshidratación, ya su corazón latirá 7 pulsaciones más que las que emplearía para esa misma carga física no estando deshidratado. El pasar a 49.5kgr le supone desarrollar su actividad un 2% más lento. Pero es que si pierde un 3% de su peso y acaba la prueba con 48.5kgr su psicomotricidad disminuye.

  • Y esto implica que su acierto en canastas se merma, así como capacidad de meter un gol por encima de la barrera, o dar una brazada más eficaz en el nado, o bien tal y como ocurre en las carreas de montaña realizar un mal apoyo y lesionarse un tobillo, o entrar en una situación de estrés térmico corporal y perder la noción del tiempo lo que se verá reflejado en su marca final y, lo que es aún más grave, como ha ocurrido en carreas de trail en el archipiélago, donde por su orografía abarracada el corredor sufre muchos microclimas, el que la deshidratación provoque un cuadro de rotura de glóbulos rojos y subsiguiente hematuria (orina de color cocacola) que en ocasiones requieren ingreso hospitalario.

Eso es verdad, antes hacíamos muchos quilómetros y sólo bebíamos agua en los botijos cuando pasábamos por algunas gasolineras que se encontraban a nuestro paso.

En aquellos tiempos te veían beber agua en un entrenamiento y poco menos que eras un cagalera. Luego vino el agua con algo de azúcar, sal, una pizca de bicarbonato y algo de limón, vamos, lo que hoy todos conocen como agua con sales y con glucosa que así queda más fino pero que es lo mismo. En ocasiones se hacían pequeñas competiciones de catadores para ver cuál tenía un sabor más logrado.

De esa época me queda la espinita de no poder solucionar un problema con los líquidos que tenía un corredor al que dicho inconveniente le imposibilitó acabar aquellos maratones en los que participó. ¿A que ya sabes a quién me refiero, Mon? Pepe, para nosotros Pepe el Punto, era todo pundonor, y tenía unas condiciones para el fondo enormes. Pero todos sabíamos cuándo Pepe estaba entrenando en El Taoro aunque no le viéramos. Pepe sudaba tanto que dejaba las huellas de sus zapatillas mojadas por el sudor en la zahorra.

Una cosa que me llamó la atención fue cuando dice usted que estos mismos deportistas continúan teniendo mejores marcas que los que entrenan ahora con tanta aplicación en el móvil y reloj. ¿Esto ha que cree que es debido?

A Basilio Labrador le he oído una frase que dice: Hoy en día es más fácil hacer un kilómetro más que un segundo menos. Hoy vemos pocos populares que bajen de 15min en un 5000. Y acercarse a 3h en maratón es poco más que una hazaña. El deportista ha abandonado la pista y como las cabras se ha tirado pal monte. Y como cabras cada cual es feliz ramoneando sus tiempos, sus anécdotas y sus satisfacciones personales en las redes sociales.

«El trabajo de técnica de carrera, el trabajo temporoespacial de asimilar los ritmos de paso, el control mental al hacer una vuelta y otra y otra más se ha ido perdiendo».

Y una cosa mucho más importante si cabe, los entrenamientos enviados por wasap han sustituido al entrenador a pie de pista.

¿Que es el entrenamiento invisible? Ese que empieza una vez que acaba uno de entrenar, me lo podría explicar.

Todo proceso de entrenamiento conlleva una serie de cargas diarias, semanales, mensuales y por temporada. Incluso cuatrianuales si hablamos de un deportista olímpico. Esa programación en microciclos, etc. fracasa si el deportista no adjunta unas pautas de alimentación, descanso, masajes, sueño, vida social, organización de competiciones y vuelos, ayudas ergogénicas, etc. Estas pautas como se comprenderá no son las mismas para un pura sangre que para un burro.

«A un burro por mucho que lo tratemos como pura sangre mejorará su rendimiento pero jamás se podrá equiparar».

Lo que quiero decir es que a un pura sangre llega un momento en el que las mejoras no son tanto por el hecho de que entrene más sino por el hecho de que su cuerpo asimile mejor la carga de entrenamiento. Y eso sin entrenamiento invisible debidamente programado al igual que las cargas no se consigue. Aquí es donde entra en conflicto el modelo de vida del deportista de élite, que tiene tiempo para ello, y el que pretende emularlo, que con familia, trabajo, y ocio social termina por lesionarse.

Hay un reto muy complicado de conseguir para todo deportista, que este descanse cuando está lesionado. ¿Usted que piensa de esto?

Si, es cierto. Hay una explicación para ello. La actividad física produce en nuestro cerebro un aumento de sustancias que le proporcionan una sensación eufórica y de placer. Eso lo admita o no el deportista, “engancha”.

«Cuando sus niveles descienden por lesión lo primero que le pide el cuerpo es volver a la actividad».

Se encuentran incordios, quienes son sus parejas no soportan sus comportamientos. Suele ocurrir que cuanto más profesional es el deportista mejor admite este periodo de descanso pues es consciente de que su calidad laboral dependerá de reincorporarse en condiciones óptimas. Cuanto más nobel es el deportista la impresión que tiene es que si no entrena su forma merma. Y entonces pierde la noción de que la actividad física la ha iniciado y la practica como fuente de salud, no de lesión.

«El deportista no se da cuenta que en un par de temporadas ha cambiado en varias ocasiones de zapatillas debido a su desgaste pero no así sus cartílagos y tendones».

Cuando estos últimos lanzan una llamada de auxilio y duelen el deportista piensa que puede hacer como con las zapatillas y eso no es así. Esos cartílagos y tendones son una maravilla de la evolución que ha costado millones de años alcanzar y bueno será no sacrificarlos por una marca sino que nos acompañen toda nuestra vida.

«Y una cosa más (risas) el reto no solo es para el deportista sino para quien le trate la lesión».

Un deportista con familia, trabajo y vida social ¿Puede este marcarse metas propias de un profesional?

Poder, claro que puede. Pero desde mi punto de vista no debe. Y todo entrenador ha de ser claro y hacérselo ver a su deportista. Una cosa es intentar sacarle el máximo rendimiento a un deportista y otra cosa es crearle paraísos inalcanzables. Cada vez que he vivido esta situación, la de un deportista que antepone sus logros deportivos al resto de aspectos que rodean su vida diaria, sin ser un sujeto cuya vida profesional es la actividad física, algo ocurre. Se lesiona con frecuencia.

«Unas veces se lesiona de una rotura de fibras, otras de su rótula o de un tendón, lo cual suele tener arreglo. Pero he vivido lesiones aún más graves: económicas, laborales y matrimoniales».

Hace unos meses recibió usted un golpe muy duro, la muerte de su esposa.

Sí. Hace ya más de un año. Como pasa el tiempo, si de pronto son años: que reza la canción. Mi abuela decía: La vida es un tango y la muerte un pasodoble. Tuve la suerte de vivir con mi esposa, Ita, un tango de cuarenta y cinco años, muy lindos, y ahora toca el pasodoble. Así es la vida.

Que te hubiese gustado ser, si no fueras médico.

No es fácil de contestar. Tuve mis ídolos como todo joven.

Naturista de haber seguido a Félix Rodríguez de la Fuente; escritor de haber seguido a Daniel Defoe y su Robinson Crusoe, el primer libro que leí; ceramista, pintor, guitarrista, fotógrafo fueron aficiones también, incluso misionero de haber seguido a Jesucristo; y futbolista profesional también, de haber cuajado la prueba de selección en el Real Madrid.

«Pero ya ves, las cosas de la vida, opté por ser médico, bailar un tango, tener dos hijos y ser inmensamente feliz».

Tienes un hijo que también está vinculado al trabajo con los deportistas, sus lesiones y su recuperación, Mario González es Fisioterapeuta, se ve que a la familia le gusta todo lo relacionado con el deporte.

Más que con el deporte creo que estamos relacionados con las reparaciones. Mario como fisioterapeuta repara lesiones, mi otro hijo, Gea, repara mentes desde la perspectiva de la psicología, mi hermano al igual que mi sobrina  pies al ser podólogos. Y creo que todos mantenemos una máxima en común y es que no nos centramos en recuperar lesiones sino en reuperar lesionados.

Eso, en ocasiones, al menos en mi experiencia profesional, me ha llevado a conflicto con algunos deportistas, aquellos que pretenden llevarse desde la primera consulta unas zapatillas nuevas que haga olvidar el tiempo necesario para que se recupere un músculo, rótula o tendón y volver a la actividad física engañándose a sí mismos. Por suerte, por desgracia en la mayoría de casos para los deportistas, el ojo clínico me ha fallado poco y tras dar muchos tumbos en sus búsquedas sanadoras regresan y me dicen: “coño, Javi, si te hubiese hecho caso, ya no hay más remedio, estoy en lista de espera para que me operen”.

Has escrito varios libros, de que se tratan. ¿Son todos referentes al deporte?

Disfruto con la lectura y de su mano he hecho algunos pinitos en la escritura. Viene de atrás. Algunos deportistas tienen las memorias de los viajes deportivos que hemos realizado juntos, excursiones, etc. Al fin me decidí y aprovechando lo vivido a pie de camilla han salido a la luz un libro de relatos deportivos titulado Sudando Tinta, otro de microrrelatos titulado Deportistas Ejemplares y una novela titulada Napecor que resulta de simplificar NAdar, PEdalear, CORrer.

El año pasado publiqué con Ediciones DelMedio, El baúl de los Cangrejos, una novela de corte histórico donde se cuentan las vicisitudes de una familia de Puerto de la Cruz desde los orígenes del primer caserío, allá por 1500, hasta la actualidad.

Javier es una persona amable y campechana, aquí en el Puerto de la Cruz es muy conocido, cualquiera que tenga un problema deportivo, ya le dicen, vete a Javi el médico el del Pabellón de Deportes, que el seguro te lo cura.

Bueno, en realidad, los que son del Puerto, Puerto, dicen: “vete asca Javi”. Y sí que es cierto que dicen: “el médico del Pabellón” cuando en realidad soy médico de los deportistas que a la consulta acuden, no de la instalación. Son formas cariñosas de expresión y se agradecen.

La gente te aprecia mucho, no solo en el Puerto de la Cruz, ¿Eso ha que es debido?

Probablemente a mi forma de ser. A que he entendido que mi actividad laboral se enmarca dentro de una empresa pública y en una ciudad con una idiosincrasia tan especial como es Puerto de la Cruz. No es infrecuente ver en la consulta algún pescador, pintor, camarero, ama de casa. Al fin y al cabo sus lesiones son como las deportivas. Muchas de ellas producidas por sobre uso de un determinado gesto que por mecánico y repetitivo las estructuras no aguantan.

Por otra parte Puerto de la Cruz, desde sus inicios como ciudad, tiene una vocación universal. Era de los pocos que había en su momento por la isla. Normal que si pueda echar una mano, lo haga.

Por último, quiere usted añadir algo más.

Sí, claro. Darte las gracias, a ti Mon y a tu plataforma periodística por este rato de charla distendida. Desde el punto de vista profesional me gustaría aprovechar tu entrevista para agradecer a los deportistas la confianza depositada en mi persona pero especialmente a tres de ellos por haberme permitido colaborar en sus procesos de recuperación como son el caso de María Hdez. Batista (Vallista), Lía Abrante (Sincronizada) y Jose Luis Ortol (Corredor de montaña).

  • Nos despedimos del doctor Javier González Pérez, dándole las gracias por su amabilidad con Eldeportivo.es y deseándole mucha suerte en su vida.

Puerto de la Cruz
Carmelo Rodríguez ( Mon )