El pasado domingo, al inicio del encuentro de segunda RFEF, Mensajero-Villanovense, el conjunto del Silvestre Carrillo tuvo un gesto que demuestra la grandeza del mismo, en unos momentos muy complicados para muchos palmeros.
La situación que vive la isla de La Palma, más concretamente la comarca del Valle de Aridane, con una erupción volcánica que lleva más de un mes activa. Ha generado mucha destrucción y tristeza, entre los habitantes de los tres municipios del valle que se encuentran inmersos en un continuo sinvivir diario, a lo que se le puede añadir la incertidumbre de lo que puede pasar en el futuro y cuando finalizará toda esta situación.
A eso no ha escapado el fútbol, que también ha sido damnificado con la pérdida del campo de La Laguna-Todoque, los dos barrios del municipio llanense más afectados por la erupción volcánica. Este terreno de juego era el utilizado por el CD Argual y de la AD Tanqueta.
El Argual, es uno de los históricos del fútbol palmero, mucho tiempo paseando el nombre del barrio llanense por la geografía provincial y hasta la pasada campaña compitiendo en el grupo de la preferente palmera. En ésta lo hace en la primera regional insular. El Tanqueta actualmente no compite, pero en su corta historia como club puede presumir de tener en su haber la disputa de una eliminatoria de play off ante el Atlético Tacoronte, disputado precisamente en el desaparecido recinto deportivo y después de haber superado a el resto de equipos palmeros.
En el último once inicial del CD Mensajero que saltó al verde del barranco de Dolores, dos jugadores, Juanda y Ale Benítez, ambos futbolistas de la zona del valle, portaron las camisetas de esos dos equipos, recordando y homenajeando de esta forma a estas dos entidades que han perdido su reciento de juego, tras haber sido arrasado por las coladas de lava que hieren día tras día la superficie de la isla bonita.
Gestos y detalles que se suman a la gran cantidad que continuamente llegan en apoyo de los que están sufriendo esta catástrofe natural y que sirven para aliviar un poco, el mal momento por el que se pasa en la isla de La Palma.
Y con un deseo en la mente de todos:
«…que esta pesadilla termine lo más pronto posible y sin causar más daño de todo el que ya ha hecho.»
Pedro Pérez Camacho,
ElDeportivo.es
