El Castillo CF no saldrá a competir esta temporada en Segunda B como llevaban esperando desde hacía varias semanas, ya que la posibilidad de una desaparición de un equipo del Grupo II de Segunda B le daría el ascenso al conjunto grancanario.
El Castillo estaba a la espera de conocer si el Fuerteventura o el Mérida desaparecían o se inscribían en Tercera División tras sus descensos administrativos para saber si jugaría la próxima temporada en la categoría de bronce del fútbol español, pero la inscripción de ambos equipos en Tercera, ayer el Fuerteventura y hoy el Mérida, que debía una cantidad superior a los 400000 euros, han echado por tierra las expectativas amarillas.
El conjunto emeritense presentó la documentación exigida para inscribirse en la Tercera División in extremis tras su descenso administrativo. Así, la Unión Deportiva Mérida ha formalizado esta mañana su inscripción en el Campeonato Nacional de Liga de Tercera División, ante la propuesta de la Real Federación Española de Fútbol, y pasa a ocupar su plaza en Segunda División B el C.F. Villanovense. Ya ayer era el Tenerife B el que ocupaba la plaza del Fuerteventura.
En caso de que alguno de los antes mencionados, Fuerteventura o Mérida, hubieran desaparecido y no se inscribieran en la Tercera División, hubiera sido el Castillo el que hubiera subido a Segunda B al quedar mejor clasificado en las eliminatorias de ascenso y producirse la vacante en el Grupo II. También el Noja cántabro aspiraba a meterse en la categoría de bronce si desaparecían los dos equipos.
Esta situación provoca un gran problema al Castillo CF que ha venido sosteniendo que si no salía a competir en Segunda B, retiraba al equipo de cualquier competición porque no puede hacer frente a los gastos. Parece ser, según informaciones que llegan desde Gran Canaria, que el club va a decidir concluir hoy los entrenamientos. A partir de ahora se plantea la problemática de ver cómo queda la Tercera División Canaria en caso de la desaparición del equipo amarillo, si se queda con 21 equipos o se asciende al San Isidro para ocupar la plaza que quedaría libre.