Hubo que esperar cuatro jornadas, para que el Santa Úrsula inaugurara su casillero de puntos y de victorias. Y lo hizo ante el Marino, que llegaba con el pleno en las tres fechas anteriores, además de estar situado en la primera posición.
Para ello los del Argelio Tabares derrocharon ganas, intensidad y trabajo a lo largo de los noventa minutos, complicando mucho el juego de su rival. Además dispusieron de opciones para tomar ventaja, antes de que esta se produjera, cuando el encuentro ya entraba en la prolongación.
Edu Niebla, que a la postre fue decisivo en la consecución del triunfo, se mostró como el elemento ofensivo más peligroso en el inicio. Aun partiendo de posiciones de retaguardia. Tres disparos suyos, merodearon la posibilidad de ponerse por delante. En la primera el cancerbero rechazó, saliendo fuera las otras dos.
Les costaba a los sureños generar peligro. Aunque a poco del comienzo dispusieron de una clara, que desperdiciaron con un fallo en las cercanías de la puerta.
Después de estas acciones ya se había sobrepasado el ecuador de la primera fase, sin que el marcador se moviera. Con momentos en los que unos y otros estaban en la parcela contraria, con un mayor predominio del desplazamiento en largo.
Antes del paso por los vestuarios; una vez por banda, volvieron a rondar la oportunidad de marcar. Primero fue Facu Valiente el que chutó a la media vuelta. Y posteriormente lo hizo Pezzella, con un gran disparo lejano, en el que solo la buena intervención de David, quien con una gran estirada abajo, impidió que entrara en el marco. El saque de esquina provocado por la jugada anterior, lo remató Azael, con un cabezazo picado abajo, evitando un zaguero, males mayores.
En el segundo periodo la tónica fue muy semejante. Ganas, disputa, intensidad, entre dos equipos que mostraban un nivel muy parecido y en el que el que tuviera el mayor acierto, se llevaría el premio final.
Alexis fue el primero en avisar ya que puso desde la línea de fondo, un buen balón que no encontró rematador. Poco más tarde, superada la hora de juego. Una falta de Facu Valiente, la cabeceó Korbla a bocajarro, pero la acertadísima intervención de Yan Carlos, impidió la ventaja de los de Willy Barroso.
Fueron buenos momentos estos, ecuador del segundo periodo, para los visitantes, que se aproximaron en varias ocasiones, estando en la parcela visitante en muchos instantes de de este tramo.
En apenas un minuto de juego, Héctor y Lie, con dos remates desde la frontal, estuvieron cerca de acertar con la puerta. Pero el Santa Úrsula no estaba dormido y de un balón en largo a Alexis, sacó una muy buena ocasión de gol. El zurdo jugador de los del Argelio Tabares, tras irse del meta, chutó por bajo, evitando un defensa bajo palos que entrara.
Más tarde, Balaid, a pase de Lie, calcó una jugada a la anterior de su rival, con el mismo desenlace, un rival sobre la línea, evitó males mayores. En la siguiente, Lie, fue el que chutó, desviando un oponente, cuando iba camino de las redes.
Todo parecía abocado al empate a cero. Pero en una pelota en largo a la espalda de la defensa, Bruno es derribado por Héctor dentro del área. El consiguiente penalti lo convirtió Edu Niebla, dejando casi sin tiempo de reacción al Marino, por lo que los de Josué Pérez lograron un importante triunfo, de cara a sus aspiraciones de permanencia.
FICHA TÉCNICA:
CD SANTA ÚRSULA:
Yan Carlos; Dani Ruano, Azael, Ale Busi, Edu Niebla, Traoré (Adrián Lechado, 81’), Miguel (Edgar Oramas, 71’), Pezzella, Aimar (Bruno, 71’), Edu Puerta (Gabri, 81’) y Alexis (Queret, 88’).
CD MARINO:
David Kikvidze; Héctor, Facu Valiente, Víctor Rodríguez (Balaid, 71’), Kimetz (Sergio, 91’), Maxi (Alberto, 91’), Yeray González (Efrén, 71’), Pirri (Mario Barcos, 85’), Lie, Karim y Korbla.
ÁRBITRO:
Vicente Omar González Quesada de la delegación de Las Palmas, auxiliado por Aday González y Javier Cabrera. Amonestó al local, Edu Niebla. Y a los visitantes; Kimetz y Maxi.
GOL:
1-0 90’ Edu Niebla de penalti.
INCIDENCIAS:
Argelio Tabares. Césped artificial, buenas condiciones, tarde con nubes y claros. Ante unos 350 espectadores.
Crónica y fotos: Pedro Pérez Camacho