«Querido diario: Hoy vuelvo a escribir para narrarte la experiencia que tuve el pasado fin de semana. Teníamos partido el sábado a las diez y, como siempre, dejé todo preparado la noche anterior. Mis padres me despertaron a las ocho para preparar las cosas que nos faltaban. Como a las nueve tenía que estar en el campo, tuvimos que correr un poco. Desayunamos sobre las ocho y media un vaso de leche para salir cuanto antes para el partido.»
«Al llegar fui corriendo a la caseta y me uní a mis compañeros. Como de costumbre, hicimos un pequeño precalentamiento antes de iniciar el encuentro bajo un sol radiante. Hasta ahí todo estaba bien aunque me sentía raro del estómago.»
«Comenzamos el partido y mi malestar no había cesado. No se cuánto pude durar en el campo, pero empecé a sentirme mal y parecía algo mareado. Se lo comenté al entrenador y me sacó rápidamente del terreno de juego. Durante el descanso del partido fui a decírselo a mis padres y me compraron una chocolatina. Con ella pude recuperarme lo suficiente para poder jugar un fisquito más del encuentro.»
Por favor, dediquemos un poquito de nuestra vida a aprender a alimentarnos bien. No puede ser que para hacer una actividad física, por muy niño que se sea, pensemos que con lo básico tiene. Hay que estar bien nutrido y más a la hora de hacer deporte.
Otro tema es los horarios a los que hacemos comer a los/as niños/as. No se puede jugar un partido habiendo comido en el intervalo de una a dos horas antes de un partido. Cuidemos la alimentación, sobretodo, con los más peques.
Este artículo va dirigido a todos aquellos/as padres, madres, entrenadores/as, directivos/as y todos/as aquellas personas que rodean el deporte.
http://ayozergz.blogspot.com.es/ Ayoze Rguez