Afectados en la fusión entre el Real Unión y el Sporting Tenerife

Resaltan los escudos del Real Unión Tenerife y el Sporting. En una fusión que bien no está saliendo.

Varios entrenadores y el ex coordinador de fútbol 11 de la «fusión» entre el Sporting Tenerife y el Real Unión nos han hecho llegar un manifiesto para salir a el paso de los rumores y las noticias que están saliendo desde hace unos días en las redes sociales. 

Aquí les damos paso a las palabras que nos hacen llegar:

Tras las últimas informaciones aparecidas en las redes sociales, referentes al estado de la fusión entre el Real Unión y el Sporting Tenerife y la situación vivida el día 27-08-2020, hemos decidido hacer este comunicado, donde cada uno de los afectados exponemos lo vivido durante nuestra estancia en el citado Club.

  • Además, cada uno de nosotros ha decidido participar en este comunicado libremente de manera voluntaria y espontánea después de comentar lo sucedido.

Ancor (ex coordinador de F11):

Tras aceptar la propuesta de ocuparme de la coordinación del área de F11 del Real Unión y después de unas reuniones iniciales, primero con el presidente, director deportivo (Enrique Castro) y responsables de la parcela deportiva (Toño y Moises) ya que así nos los presentaron, se nos explica que la fusión se hizo con la idea de trasladar el modelo de trabajo del Sporting Tenerife al Real Unión, donde se estaba profesionalizando el club, lo que llevaría a un beneficio de los jugadores.

«Este hecho fue el que me hizo aceptar la coordinación y abandonar mi pasión, que no es otra que la de ejercer mi profesión de entrenador».

Tras esta reunión fuimos manteniendo más reuniones. Así mantuvimos una con el departamento de scouting, donde se estableció el protocolo de cómo se iba a trabajar y donde el coordinador sería el nexo de unión entre dicho departamento y los entrenadores y entre el departamento y los responsables de la parcela deportiva y el director deportivo. En las reuniones siguientes nos reunimos con los jugadores y padres, en donde se les transmitió toda la información correspondiente. Esta información salía de las reuniones mantenidas con el director deportivo y los responsables de la parcela deportiva, entre ellas destacaré varias que tendrán importancia más a delante.

  1. Se les hizo saber que para las categorías, a la hora de tener ficha A o B no se tendría en cuenta el año, sino las condiciones físico-técnicas de los jugadores, incluso se mencionó la posibilidad de ascender de categoría en beneficio del jugador.
  2. Otro de los temas que se trataron fue en la categoría infantil, donde se formarían dos equipos, uno mezclando con jugadores de primer y segundo año y otro de primer año íntegramente, dejando la posibilidad de formar un tercer equipo de segundo año completo, en el caso de que vinieran muchos jugadores y de nivel para participar en la categoría preferente.
  3. También se hizo mucho hincapié en que tras la fusión este sería un año de transición.

«Hace cosa de un par de semanas empezó a cambiar la cosa, de manera lenta pero progresiva».

Cuando estábamos trabajando en la plantilla del juvenil A empezamos a recibir llamadas de Enrique Castro donde no hacía más que preguntar por jugadores infantiles de segundo año, rozando la obsesión. Cuando le decíamos que estábamos trabajando por orden de inicio de temporada, le daba igual, quería hacer un infantil de segundo año competitivo.

«Obviando lo anterior seguimos trabajando en todos los frentes, pero cuanto más se acercaba el inicio de los entrenos más tensión se respiraba y menos comunicación había».

Varios equipos comenzaban a entrenar y corríamos el riesgo de perder jugadores y empezó el baile de fechas. Nos decían un fecha, cuando se cuadraba con los jugadores, al final se cambiaba de idea o de fecha y había que cancelar. Si mediante los responsables de la parcela deportiva se planificaba alguna actividad, él llamaba y la cancelaba. La situación era tensa pero todos asumimos que cuando pisáramos el campo todo cambiaría. Nada más lejos de la realidad.

Empezamos a darnos cuenta de que la cosa no iba a funcionar. Éramos conscientes de que tenía información y no la compartía, la soltaba a chorritos y a última hora.

Por poner un par de ejemplos:

  • Sabemos que tenía los horarios de los campos para poder planificar los entrenamientos, al menos dos días antes del día en el que me los hizo llegar. Yo lo sé porque me los hizo llegar otra persona dos días antes mientras que él me los hizo llegar un viernes por la tarde y los entrenos comenzaban el lunes. Así que me pidió que los planificara con prisa. La suerte es que ya estaban hechos.
  • Otro hecho similar ocurrió con una reunión en la Federación, de la que yo tenía conocimiento una semana antes. Esa reunión era un lunes pero su llamada la recibí el domingo, diciéndome que necesitaba que fuera yo.

Todo esto me dejó claro que sus intenciones no eran las mejores, pero me lo tomé como algo personal, siempre he puesto al grupo por encima de las personas, así que decidí seguir trabajando.

«Las cosas fueron yendo a más».

Cuando comenzamos los entrenamientos habíamos quedado a las 16:30 horas para ver el protocolo y el material. Yo llego a las 16:15 y me encuentro que ya están dentro sin mí, además tuve la sensación de que me había puesto una persona a controlarme. Entramos al campo con el protocolo de la Federación, pero carecíamos de protocolo propio. Delante de mí le hicieron saber a Enrique Castro que el Club debía tener un protocolo propio.

  • Aparte de tomar la temperatura a los chicos, me tomé la molestia de crear un pequeño y sencillo protocolo y pasárselo al club, para evitar problemas en el futuro, pero hasta la fecha no he recibido respuesta.

Ese mismo día estando yo en la puerta comprobando que se cumpliera el protocolo, se dirigió a los dos equipos cadetes dando la orden de que los jugadores de primer año iban para el B y los de segundo para el A, incumpliendo lo que se había hablado en las reuniones. Cuando yo me incorporo a los entrenos, los entrenadores me comentan lo sucedido. Aprovechando la llegada de los responsables de la parcela deportiva, se lo consulto y me dicen que cumpla con lo hablado en las reuniones.

«Las consecuencias las sufro a la mañana siguiente recibiendo una llamada donde ni los buenos días me dio».

En esa conversación telefónica me dice que no se volviera a repetir, a lo que yo le remito a que hable con ellos (responsables parcela deportiva), pero según me costa no se produce esa comunicación.
El colmo de todo se produce el viernes de esa semana pasada, en la cual recibo un mensaje de Enrique Castro a las 00:40 de la noche, o sea ya sábado, donde me dice que el lunes se incorporan tres equipos a entrenar, el regional A , que no nos afecta por horario, y las féminas B y C. A continuación me envió el horario modificado, pero cuando lo miré me di cuenta de que las féminas entrenan un solo día. En el horario nos quedaba libre el lunes y miércoles, pero él decide cambiar a los cadetes que estaban martes y jueves, a lunes y miércoles, para colocar a las féminas el jueves.

«Ante este mensaje a esa hora, remito mis quejas a los responsables de la parcela deportiva, pidiéndoles por favor que busquen una solución».

La siguiente vez que se comunicó conmigo el director deportivo, fue este pasado 27 de agosto en una llamada que no llegó a los dos minutos de duración, donde me comunicó que necesita gente de su confianza y que no cuenta conmigo.

Después de todo lo expuesto anteriormente, dejándome muchísimas cosas atrás,…

  • Como por ejemplo el segundo día de entrenamiento, apareció el coordinador de f8 con un termómetro de pistola, para que le tomara la temperatura a los chicos, ya que el señor Enrique Castro se había ido de vacaciones y no se había encargado de comprar ninguno, o eso me dijo el coordinador.

Las conclusiones que saco son las siguientes:

  1. El director deportivo no hizo más que poner piedras para que esto no funcionara. El motivo puede ser querer ser el centro de atención, o que nunca interesó que la cosa funcionara para poder decir que no hacíamos falta. Además de una falta total de capacidad para llevar un proyecto tan ilusionante.
  2. Se ha querido utilizar al Sporting y a su grupo de trabajo, y lo más grave, a sus jugadores, para el beneficio del Real Unión, por no nombrar a Toño y Moisés que entregaron su proyecto y se han visto apartados y engañados.
  3. El director deportivo no sabe trabajar en equipo, esconde información, no tiene valor para enfrentar las situaciones y recurre al teléfono.

Celso (ex entrenador juvenil A):

En primer lugar, en todo el tiempo que estuve en el club, prácticamente nunca cruce una palabra con Enrique Castro, el director deportivo, algo extraño cuando se entrena a un equipo Juvenil al que desde la misma dirección deportiva se le exige ascender de categoría.

Por otro lado, cuando le pedimos informes de los jugadores con los que podíamos contar nunca nos los facilitó y tampoco observamos interés ninguno por conocer nuestra manera de trabajar, información sobre nuestros jugadores o algún tipo de planificación.

Tampoco se nos marcó ninguna pauta de trabajo ni existió comunicación en ningún momento. En la primera reunión que tuvimos para presentarnos, Carlos el presidente del club y Enrique Castro el director deportivo, nos dijeron los objetivos de cada equipo y las facilidades que íbamos a tener en el club desde el primer día, algo que nunca ocurrió.

«Cuando hicimos una primera toma de contacto con los jugadores al llegar al campo parecía que molestábamos».

Las formas de dirigirse a nosotros de Enrique Castro y los directivos allí presentes eran muy poco profesionales y sobre todo soberbias.

  • Únicamente podíamos sentir tranquilidad cuando hablábamos con nuestro coordinador Ancor, al que también le estaban haciendo su labor imposible y poniendo piedras en el camino.

Cuando nos unimos al club se nos vendió un proyecto profesional y lo que allí encontramos fue un auténtico desastre y sobre todo una desorganización terrible.
Por un lado recibíamos una información de Moisés y Toñito y al día siguiente encontrábamos que Enrique Castro cambiaba esas decisiones o de repente cancelaba lo que se había dicho sin haber informado a Toño y Moisés, algo inexplicable.
Sin consultar con nadie, el día 10 de agosto publican en redes sociales que el día 11, es decir al día siguiente comenzaba la pretemporada.

  • Lo que hicimos fue acudir al campo y tener una pequeña toma de contacto con los jugadores, pero no como pretemporada.

En el Sporting utilizábamos Gesdep, aplicación que también se suponía que íbamos a disponer, pero a la que cuando se nos dio la clave, nunca se nos activó el equipo, por lo que no podíamos trabajar con ella y a pesar de comunicárselo al director deportivo, parecía que no nos escuchaba ya que no recibíamos respuesta alguna.

Para terminar:

Un día nos enteramos de que algo estaba pasando con Moisés y Toñito, pero no había ninguna información oficial y de sorpresa recibí una llamada el día 27 de Enrique Castro, el director deportivo del Real Unión, para decirme que no cuenta conmigo para seguir llevando el equipo Juvenil. La misma persona que en la primera reunión nos cuenta el proyecto y lo que quiere el club de nosotros, me llama de un día para otro y me dice que por cuestión de confianza no puede contar conmigo en su proyecto.

«Todo lo que ha sucedido en este mes ha sido un despropósito y sobre todo una falta de respeto a todo nuestro trabajo».

Únicamente han pensado en ellos mismos, se han aprovechado de la bondad de Toñito y Moisés, y lo peor de todo, nunca han pensado en los niños del club, desde los más grandes a los más pequeños.

«El tiempo pone a cada uno en su lugar y normalmente recogemos lo que sembramos».

Nosotros tenemos un 1000% de confianza en Moisés y Toñito, sabemos su manera de trabajar, actuar y llevar un club, y si algo no ha salido bien, está claro que no ha sido por ellos, siempre hemos tomado todas y cada una de las decisiones pensando en el bien de los jugadores y en que es lo mejor para ellos, por eso podemos dormir tranquilos, no sé si otras personas pueden hacerlo igual.

Sergio (Ex Scouting):

Las experiencias en el Real Unión y con Enrique Castro fueron cortas pero intensas, con días buenos en el inicio y días extraños al final.

«La experiencia para mí fue algo confusa».

Todo era profesional y correcto los primeros días. Lo veía como un club fuerte, con una ideología del Sporting y aires nuevos, pero con al paso de los días/meses se fue oscureciendo. Veía como le apretaba a Ancor, lo tenía como un esclavo.

«A mí me empezó a llamar para reclamarme cosas que no me competían».

Me contaba versiones diferentes en el mismo día como si un niño se tratase, llegaba al campo y tenía aire de poder pero sin saber gestionar y facilitar el trabajo a nadie.

Tuve problema por sus cambio de versiones.
Me contaba una cosa y luego llamaba a Toño y Moisés y le contaba cosas diferentes para meterme en problema, pero bueno como sé de este mundo y se como es la gente, tuve que demostrar que generaba conflicto mintiendo y saltándose los canales de comunicación, hablando el directamente con los jugadores, imponiendo sus normas, contando otras versiones a los padres y jugadores, como por ejemplo un delantero potencialmente fuerte para el juvenil lo perdimos en el momento en el que él intervino.

«Lo mismo ocurrió con unos jugadores del sur de la isla, cambiando las condiciones de buenas a primeras, dañando la imagen del club y la mía propia».

Lo que más me molesto es que el trabajo mío y de muchos se lo atribuía Enrique Castro, haciendo creer que los méritos eran suyos y no del conjunto de trabajo. Fue un cúmulo de todo, rabia y molestia por ver cómo trataba a mis compañeros y como me trataba a mí.

Por mi parte seguiré la filosofía del Sporting y que tenga toda la suerte el señor Enrique Castro, pero ya entendí la información que me dieron cuando oficialicé el trabajo en conjunto con él.

El colmo de toda esta historia fue mi despido el día 27 de agosto por una llamada telefónica de unos tres minutos de duración que recordaré durante mucho tiempo. Me cesa por seguir la filosofía de Toño y Moisés y tener de referencia a Ancor.

Carballo (ex entrenador juvenil B):

Desde el primer día en el cual se nos convocó para tener una reunión con el presidente, director deportivo, coordinador, etc, se dejó claro a qué equipo íbamos a entrenar así como que habíamos llegado a un club profesional y como tal teníamos que trabajar. Que íbamos a tener muchas facilidades cosa que nunca fue así. Posteriormente se nos reunió para dejar claro los objetivos que teníamos que alcanzar cada equipo, siendo nuestro coordinador Ancor el que nos lo comunicó.

Se nos pidió que fuéramos viendo en la aplicación GESDEP informes de los jugadores así como vídeos para ir perfilando posibles jugadores que interesaba que se quedaran.
Tardaron semanas en darme de alta en la aplicación y cuando por fin lo hicieron, no tenía permisos para realizar absolutamente nada, cosa que comunique a Ancor el cual lo trasmitió a la dirección deportiva pero nunca llegaron a solucionar.

  • Sin previo aviso, el día 10 de agosto ponen en las redes sociales que el 11 empieza la pretemporada, y bajo nuestra sorpresa lo que hicimos fue una primera toma de contacto con los chicos para organizarnos, pero para nada un comienzo de pretemporada.

Cuando llegamos al campo se nos trató de forma despectiva y con una indiferencia terrible, como si no quisieran que estuviéramos allí y eso se notaba al pie de campo, siendo Ancor el único que estaba pendiente de todo y al que estaban haciendo la vida imposible literalmente.

«Toño y Moisés indicaban unas directrices, Ancor las comunicaba y luego este señor (Enrique Castro) las cambiaba sin contar con nadie».

Posteriormente, nos enteramos lo que estaba pasando con Moisés y Toñito, pero no de forma oficial, y empezamos a darnos cuenta de que las cosas no iban bien.

El día 27 recibí una llamada de Enrique Castro, con el cual solo había cruzado dos palabras, para decirme que por cuestión de confianza por lo sucedido con Moisés y Toñito no podían contar conmigo para llevar el Juvenil B, la misma persona que junto con el presidente y coordinador me habían dicho que yo era el entrenador en la primera reunión y que fuéramos planificando.

«Se nos ha vendido que es un club profesional, pero lo que nos encontramos allí no tenía nada de ser así».

Empezando porque este señor no fue capaz de decime a la cara sino por teléfono que no contaba ya conmigo y encima, no son capaces de pagarnos el trabajo realizado hasta el momento.

Nos han faltado al respeto y se han aprovechado de Moisés y Toñito para engañarlos, para conseguir las categorías que el Sporting consiguió deportivamente con sudor y sacrificio.

  • Todos seguimos en el mismo barco con Toño y Moisés, porque independientemente de errores y aciertos, siempre han ido de frente, porque siempre han mirado por los jugadores y entrenadores antes que otra cosa.

«Respeto al Real Unión como club histórico, pero para nada a estos señores, ya que no están a la altura de la grandeza de dicho club».

Para finalizar queremos recalcar que este comunicado es a título personal y a voluntad de cada uno de nosotros.

  • Lo que nos ha movido a realizarlo han sido todas las llamadas y mensajes que hemos recibido preguntándonos que había ocurrido. A tantos mensajes de apoyo por parte de compañeros, aficionados del Sporting y del fútbol en general.

Al igual que hemos recibido mensajes diciéndonos que nos lo habían advertido, que el Real Unión siempre hace lo mismo.

Un cordial saludo.