El crecimiento deportivo de Xiomara Díaz García es algo evidente. Temporada tras temporada, en las que ha ido consiguiendo ascensos hasta llegar, de momento, a la Primera Iberdrola y a la Tercera División, ambos en esta campaña todavía en curso.
- De momento sigue cumpliendo sueños y haciendo realidad cada paso que ha querido dar, pero sin imponerse retos que el tiempo irá poniendo en su camino y para los que tiene mucho margen.
Ahora está viviendo todas estas nuevas experiencias, que su buen hacer en el arbitraje le han ido posibilitando y con un futuro enorme por delante en este apartado a veces tan complicado del fútbol, pero muy necesario para que este deporte siga adelante. Con una guía y referente en este camino, como es Marta Huerta de Aza, con la que ha ido quemando etapas en este proceso.
¿Cómo llegaste al arbitraje? ¿Qué es lo que te llamó la atención y cuántos años llevas?
«Siempre me gustó el fútbol, llevaba toda mi vida jugando en el equipito de fútbol sala del colegio y en cada recreo.»
Cuando cumplí 16 años y empecé a ir al instituto, tuve que dejar el fútbol sala porque no encontraba ningún equipo en el que pudiera jugar cerca de mi casa. Un día, una amiga cuyo padre había sido árbitro de fútbol muchos años me animó a intentarlo y empecé en este mundillo, desde entonces han pasado 7 años.
¿Qué recuerdas de tu primer partido y cuando y cuál fue?
Debuté sobre el mes de noviembre del año 2013 en el campo de fútbol de La Verdellada, sé que era un partidito de prebenjamines, pero sinceramente no recuerdo los equipos. Me acompañó un árbitro muy veterano que me observó durante todo el partido. Para mí es un recuerdo muy especial porque la sensación de no tener ni idea de dónde estaba ni de lo que estaba haciendo durante el partido era abrumadora.
«La anécdota de aquel día es que fui desde mi casa al campo de fútbol en guagua vestida ya de árbitra, mi compañero se rio cuando me vio llegar al vestuario.»
¿La frase «Los sueños se cumplen» es una realidad para ti en cuanto al aspecto deportivo?
Diría que sí. Una vez que te asientas un poco y empiezas a conocer el mundo del arbitraje, vas mirando hacia arriba y trabajando para escalar categorías poco a poco.
«Al principio no pensaba llegar a gran cosa, pero con los años todo ha ido a más y afortunadamente cada paso que he querido dar se ha hecho realidad.»
Una vez conseguidos los ascensos a Primera Iberdrola y Tercera División. ¿Qué nuevos retos e ilusiones te planteas?
Ahora mismo solo quiero disfrutar de lo que tengo. Me gustaría asentarme en estas nuevas categorías que aún estoy explorando y vivir la experiencia. Seguiré trabajando en los errores e intentando potenciar los aciertos y ya más adelante veremos si se puede volver a mirar hacia arriba.
¿Qué diferencias ves entre Tercera y Primera Iberdrola?
No en cuanto a nivel deportivo y sí a la hora de dirigir un encuentro.
¿Tuviste sensaciones diferentes a la hora de dirigir el primer partido en ambas categorías?
Para mí la diferencia entre ambas categorías sin duda es el alcance. El nivel mediático al que te sometes en una y otra está muy diferenciado. Quieras o no, no es lo mismo arbitrar con una cámara de televisión delante que en un pueblo de tu isla ante 200 espectadores, quizá por esto sí que tuve sensaciones muy diferentes en ambos debuts.
«En Primera Iberdrola iba algo tensa, pero en Tercera División fue todo bastante natural y estuve muy cómoda en todo momento, eso sí, la ilusión era la misma en ambas categorías.»
En Tenerife tenemos la fortuna de tener una referente en el arbitraje; Marta Huerta de Aza. Han compartido muchos entrenamientos y partidos ¿Qué ha influido Marta en la evolución y crecimiento arbitral de Xiomara?
Marta ha formado parte desde el principio y por completo de todo. Cuando empecé a arbitrar los primeros partidos de Segunda Regional venía conmigo a casi todos mis partidos y me enseñaba muchísimo.
La verdad es que yo era un desastre y ella tenía mucha paciencia, a veces me echaba la bronca y ahora nos reímos muchísimo cada vez que nos acordamos de alguna. Con los años también me ha acompañado en partidos de Primera Regional y Preferente. A su vez yo la acompañaba a ella en Tercera División, Juveniles División de Honor o Preferentes, Liga Iberdrola… la verdad es que hemos compartido mucho.
«Marta y yo nos hemos acompañado en el camino durante muchos años y vernos crecer a nivel deportivo y personal ha sido muy bonito.»
¿Te tratan diferente en un partido de fútbol masculino por ser mujer o no existen esas diferencias?
Al principio sí, y básicamente debido a la sorpresa de la gente porque no estaba acostumbrada, pero con los años esto ha ido disminuyendo. Creo que la sociedad ha avanzado mucho en esta materia y ya nadie se sorprende. Además, el CITAF es un comité referente en cuanto al arbitraje femenino, ya que tenemos mujeres arbitrando en todas las categorías no profesionales: Segunda B, Tercera, Preferente, Primera Regional, Segunda Regional y base.
«Cuantas más mujeres arbitramos partidos de fútbol y más cerca estamos de la paridad, menos diferencias hay tanto en lo positivo como en lo negativo.»
¿Qué haces en tu vida diaria aparte del arbitraje? ¿Es difícil compaginar lo cotidiano con el deporte sin perjudicar alguna de las dos cosas?
A mí personalmente, por la edad a la que empecé, el arbitraje me ha acompañado en varias etapas de la vida estudiantil, compaginándolo con el bachillerato y después con la carrera, y no me pareció un esfuerzo sobrehumano.
Años después, cuando ya empiezas a trabajar y a depender más del horario laboral para hacer tu vida, se va complicando, pero con una buena organización y un trabajo que te lo permita, es posible combinarlo todo.
A día de hoy, tengo la suerte de haber vuelto a la etapa de estudiante, ya que estoy preparando una oposición, así que tengo bastante dominio de mis horarios y rutinas.
“Ahora quiero disfrutar de lo que tengo, ya se verá si se puede mirar hacia arriba”
“Tuve sensaciones diferentes en ambos debuts”
“Cada paso que he querido dar se ha hecho realidad”
Pedro Pérez Camacho,
ElDeportivo.es
