Desde hace mucho tiempo el nombre de Rubén Rosquete se asocia pronto a goles. Muchos han sido los que ha logrado en su ya amplia carrera deportiva, jalonada de momentos muy buenos, con otros malos en forma de lesiones, que han podido ser los que han condicionado que su carrera deportiva de momento no haya llegado a más.
Por delante todavía le quedan algunos sueños por cumplir.
El primero y más inmediato el de la vuelta de su actual club, la UD Glassydur Icodense a la Tercera División.
El otro si apareciera y si se dieran las circunstancias, el poder asentarse en el fútbol profesional, algo que ya vivió desde dentro, pero con esa espina clavada de no haberse podido consolidar en ese mundo.
Sus orígenes en este deporte le vienen desde muy pequeño en el equipo de su lugar de nacimiento, Icod, donde estuvo hasta alevines. Momento en el que despierta el interés del máximo representativo provincial en el que recala y completa toda la etapa formativa hasta llegar al primer equipo, con el que cumple un sueño y debuta en Segunda División. Luego una cesión a Murcia con ascenso a esa misma categoría y de vuelta a casa, tras otra temporada termina su relación con el CD Tenerife.
Luego prueba en el fútbol noruego pero las condiciones no eran las que le habían dicho y regresa a su isla natal, enrolándose en el Atlético Granadilla, dos temporadas para luego pasar a la UD Ibarra. Desde hace cuatro campañas, El Molino, vuelve a ser su casa, el lugar donde empezó todo y en el que espera seguir creciendo con el club.
- Ahora la UD Glassydur Icodense ha experimentado una etapa de cambios con la llegada al banquillo de Antonio Luis y la marcha del que fue su entrenador durante tres temporadas, David Alonso.
Así ve este nuevo momento para los de Icod;
«La llegada de Antonio y su cuerpo técnico ha sido muy positiva para el equipo y no porque los anteriores lo hayan hecho mal, al contrario, creo que hicieron un trabajo muy importante y bueno al que sólo le faltó el sueño final del ascenso.
Era necesario un cambio para el club ya que eran muchos años con el mismo mensaje y yo creo que han salido beneficiados tanto David Alonso, al que le deseo lo mejor en su nueva etapa en Las Zocas, como el Glassydur Icodense con la llegada del nuevo entrenador. Han hecho muy buenos años en el Cruz Santa y le llega una oportunidad nueva fuera de casa y opino que están haciendo muy buen trabajo».
En cuanto al objetivo de la temporada lo tiene claro:
«Estar lo más arriba posible. Nos vamos a encontrar con equipos como Atlético Victoria o Las Zocas que tienen que estar arriba, sí o sí. Los de La Victoria tienen un gran respaldo económico y una gran plantilla y los zoqueros con un gran equipo y un buen entrenador, los dos van a estar en lo más alto. Luego hay otros como Orotava o San Lorenzo que nos lo van a poner difícil.
No va a ser un camino fácil y tendremos que ir semana a semana y partido a partido, conseguir los tres puntos a base de nuestra idea de juego y filosofía de trabajo. Al final de la temporada el fútbol nos pondrá donde nos merecemos. Ojalá esta sea la vez que podemos lograr un ascenso que tuvimos muy cerca dos veces. Somos un equipo que llevamos mucho tiempo sin estar en tercera con una gran masa social que se merece que el club esté en más arriba».
La vuelta a las máximas categorías del fútbol español le queda de momento como algo no muy cercano.
«Lo veo como una posibilidad ahora lejana. Mi vida ahora está encauzada al ámbito laboral. Uno piensa en el futuro, tengo ya una edad y es difícil, pero siempre estoy abierto a estas posibilidades y si sale algo interesante se valorará y más que es el fútbol, lo que amo y que me gusta desde pequeño».
Una vez desligado del CD Tenerife su trayectoria ha transcurrido por clubes de Tercera y Preferente.
«Si lo miras por categorías está claro que es un paso atrás. Visto así si lo es. En el fútbol tienen que reunirse muchos factores para llegar. Tener una pizca de suerte, estar en el sitio adecuado en el momento adecuado y que te respeten las lesiones. He sufrido lesiones muy graves que evidentemente han mermado mi rendimiento».
Prosigue:
«A nivel personal sigo teniendo la misma ilusión de siempre. Afronto los partidos con las mismas ganas que pondría si estuviera en segunda división o tercera. Trato de cuidarme con la comida y poner las máximas ganas en los entrenamientos. Respeto al máximo el entrenamiento invisible y estoy implicado al cien por cien con el equipo y la dinámica de trabajo. La ilusión es máxima».
Algo muy negativo marcó uno de los momentos en los que a mejor nivel se encontraba, las lesiones.
«Pues sí, honestamente creo que ha sido el factor más importante y determinante. Recuerdo que el año que sufrí mi primera lesión de gravedad en la rodilla llevaba catorce goles en la primera vuelta en Tercera División y estaba jugando con mucha confianza…, quizás hubiera sido la temporada que me hubiera hecho dar el salto».
Desde muy joven apuntaba muy buenas maneras para llegar a lo más alto. ¿Qué queda de ese Rubén Rosquete?
«Quizás no sea la persona más adecuada para responder a eso pero puedo decir que me tomo cada entrenamiento y cada partido al cien por cien de mis posibilidades. Intento que al final de cada entrenamiento y de cada partido me vaya contento a casa con que he dado todo dentro de campo. Luego está claro que puede salir bien o mal pero las ganas y la intención tiene que ser máxima».
Un don le ha acompañado en su trayectoria deportiva. Un don que ha sabido explotar y rentabilizar al máximo, el gol.
«A lo largo de todos los años que llevo jugando al fútbol he jugado de delantero centro y alguna vez de forma puntual de interior y he marcado goles. De forma genérica pienso que marcar goles es una cualidad que se lleva desde niño. Se puede perfeccionar la definición pero como bien dices tener olfato de gol es algo innato».
Esas condiciones llamaron la atención de la selección española, donde pudo compartir vestuario con jugadores como De Gea o Jordi Alba, entre otros. Así recuerda esos momentos:
«Fue una de las experiencias más bonitas que he vivido como jugador. También lo fue el día de mi debut con el CD Tenerife, el ascenso a Segunda División con el Real Murcia, jugar copa del Rey contra el Real Madrid, jugar play off de ascenso con el Atlético Granadilla y jugar play off de ascenso y final de copa Heliodoro con el equipo de mi pueblo y el equipo que más quiero la UD Glassydur Icodense».
De esa convivencia con esos jugadores en el vestuario de la selección le quedan momentos, recuerdos y añoranzas:
«Uno se alegra por todas las cosas buenas que le pasan a las personas con las que se ha compartido vestuario. Mentiría si dijese que no he pensado en la posibilidad de haberme asentado en el fútbol profesional y poder vivir de esto.
Lo he pensado infinitas veces pero también pienso que si no ha podido ser es por algo…no estaba para mí y ya está…doy las gracias a mi familia por haberme inculcado los valores necesarios para lograr que compaginase desde pequeño fútbol y estudios. Hoy en día, vivo gracias a mis estudios de Ciencias Empresariales».
Algo más para concluir:
«Muchas gracias por tu cercanía Pedro. Siempre has sido muy cercano conmigo y le tengo mucha estima. Ojalá al final de temporada podamos hacer otra entrevista y sea dándome la enhorabuena por haber conseguido el ascenso con el Glassydur Icodense».
Pedro Pérez Camacho,
ElDeportivo.es