Este pasado fin de semana, se consumó algo que no había ocurrido en el grupo canario de la tercera división desde su inicio, como es el descenso de la SD Tenisca que precisamente en este 2022 cumple el centenario de su fundación.
Hasta ese momento, cuarenta y tres campañas de forma consecutivas, desde la creación del grupo canario allá por la 80-81, habían prolongado el idilio de los blancos con la categoría y convirtiéndose en un record a nivel nacional, sumando la antigua denominación hasta la pasada 21-22 y la nueva de esta misma, tercera RFEF.
Anteriormente, en la 79-80, compitió en un formato distinto de tercera en un grupo con el Toscal y San Andrés como acompañantes canarios, más los equipos madrileños, castellano-manchegos o extremeños. Algunos de ellos muy conocidos como los casos de; Numancia, Alcorcón o Leganés.
Años, estos más de cuarenta, en los que han pasado por momentos buenos, como en los que logró la permanencia después de una temporada no muy buena. O también con la consecución de dos títulos de campeón. Pero malos al quedarse a las puertas del ascenso a la categoría superior en la disputa de las distintas fases de ascenso, hasta en diez ocasiones lo ha intentado. Todas ellas con un patrón común en ambas circunstancias, el arropamiento masivo de su masa social, en cualquier momento y tanto en situaciones adversas como positivas. Siendo la afición el mejor aval con el que cuentan los blancos y sobre el que debe reposar el retorno.
A esta 21-22, llegaban los tenisquistas después de dos play off de forma consecutiva, donde el San Fernando por dos veces frenó el camino del club, en busca de algo que acaba de lograr otro equipo de la isla, Atlético Paso(https://eldeportivo.es/futbol/tercera-division/202205/el-atletico-paso-logra-el-ascenso-a-segunda-rfef/ ).
Este curso recién finalizado lo inició con novedades. La primera fue la llegada de Eloy Martín al banquillo, tras no continuar José Juan Almeida. Al nuevo técnico le costó adaptarse y los resultados no acompañaron, lo que acarreó la destitución y la vuelta de Almeida a la que había sido su casa, con la esperanza de poder revertir la mala dinámica en la que estaban envueltos, junto a la contratación de nuevos futbolistas que pudieran mejorar el panorama clasificatorio.
A ello se añadió la erupción volcánica en la isla y los daños colaterales que causó.
- Entre ellas la suspensión de varios encuentros, algo que fue un lastre para una plantilla corta a la que además se le añadieron las lesiones, con la exigencia que conlleva competir miércoles y domingo. Otro elemento decisivo, fue el que no se consiguiera un grupo de jugadores que aportaran al mismo nivel, que lo hicieron los de las dos últimas.
Todos estos factores iban cada vez más metiendo al Tenisca en la vorágine de un posible descenso, ya que no solo se circunscribía a las tres plazas de pérdida de categoría. El arrastre de los de segunda RFEF, agravó la situación de los tenisquistas e incrementó ese número de escuadras que cayeron a la preferente.
No se pueden comparar los números de 21-22 con las de los anteriores, siendo bastante peores en esta.
Encajó muchos, siendo el tercero más batido y a mitad de los que más vieron puerta. Esto lo llevó a terminar en la posición decimocuarta, fuera de las tres últimas, pero el descenso masivo de los conjuntos canarios desde la categoría superior acabó por enviarlos a la inferior.
- El mejor regalo que podrá tener la afición del Virgen de las Nieves para el post centenario, sin duda será el retorno a un fútbol que conoce bien y en el que se ha movido desde finales de la década de los setenta del pasado siglo. Algo que por historia sin duda se merecen.
Pedro Pérez Camacho,
ElDeportivo.es
